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La vitamina del sol

La vitamina D, también conocida como la vitamina del sol, desempeña un papel esencial en nuestra salud. Ayuda al cuerpo a absorber calcio, favorece el crecimiento óseo y refuerza el sistema inmunológico. A pesar de su importancia, la deficiencia de vitamina D sigue siendo común a nivel mundial, en todas las edades. Especialmente los niños y los adultos tienen un alto riesgo de déficit, lo que puede provocar problemas graves de salud.

La importancia para niños y adultos

Un estudio reciente en Indian Pediatrics Journal destacó que la exposición solar es una forma eficaz y segura de aumentar los niveles de vitamina D en los niños, sobre todo en regiones soleadas. En zonas con poca luz solar, la suplementación oral puede ser recomendable.

La vitamina D también es crucial en adultos para prevenir enfermedades crónicas como osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos cánceres. Además, se ha asociado su déficit con la depresión y otros trastornos mentales. Un estudio en el Journal of Investigative Dermatology concluyó que “la exposición solar moderada y regular es la mejor manera de optimizar los niveles de vitamina D en el cuerpo”.

El sol es la fuente más natural de vitamina D. Sin embargo, varios factores influyen en su producción: la hora del día, la estación del año, la latitud o el color de piel. Es igualmente importante evitar la exposición excesiva, que puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Todo en exceso puede ser malo, pero de manera controlada, tomar el sol es seguro y beneficioso.

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